Profundizar en la vida y obra de Monet, Yves Saint Laurent o Édith Piaf, adentrarse en el taller de Giacometti y el lujo aristocrático del siglo XVIII o conocer la historia de los perfumes son algunas de las opciones de la amplia oferta cultural de la capital de Francia
París es una de las ciudades con más museos del mundo, tiene más de 200, desde los famosísimos, como el Louvre o el Musée d’Orsay, en los que hay que reservar con tiempo para entrar, hasta decenas de pequeños museos casi desconocidos que en cualquier otro sitio serían de primera línea, pero que en la capital francesa quedan eclipsados por las grandes instituciones. Estos últimos son una alternativa magnífica si no se consigue entrada para los grandes museos, y descubrirlos puede ser también, por sí misma, una buena excusa para nuevas escapadas a la ciudad.
Hasta en un lugar tan turístico como París hay lugares que casi nadie visita. Tal vez no sean la opción para un primer contacto con la ciudad, pero por algo este es un destino al que siempre se vuelve. Por ejemplo, una maravillosa opción, más sencilla que el Musée d’Orsay para el arte impresionista y postimpresionista puede ser el Musée de l’Orangerie, donde cuelgan el gigantesco Lirios de agua de Monet, o el encantador Musée Marmottan Monet, en el antiguo pabellón de caza del duque de Valmy, con la mayor colección mundial del pintor. También hay cuadros de este y otros artistas en el Musée des Beaux-Arts de la Ville de Paris del Petit Palais, además de objetos renacentistas. Para ver arte romántico, en vez de ver las obras de Eugène Delacroix en el Louvre se puede ir al precioso Musée National Eugène Delacroix o a la iglesia de Saint-Sulpice para ver sus frescos. En una mansión con jardín, el Musée de la Vie Romantique es una maravillosa oda a esa época.
En vez de ir a ver arte moderno y contemporáneo al Centre Pompidou (quecerrará por obras a partir de finales de 2024), se puede optar por museos más pequeños, como el municipal Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; o bien centrarse en artistas concretos en sitios como Dalí Paris, con más de 300 obras del genio surrealista; o el Giacometti Institute, con esculturas, pinturas y dibujos de Giacometti. Si lo que nos va es lo contemporáneo, en el Atelier des Lumières se proyecta arte digital. París es también un fabuloso lienzo en blanco para los grafitis y el arte callejero, especialidad de la Galerie Itinerrance, que puede recomendar paseos para descubrir ejemplos por las calles.
1. Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio, Francia en maquetas
En el ala este del Palais de Chaillot, enfrente de la Torre Eiffel, la Cité de l’architecture et du patrimoine está dedicada a la arquitectura y el patrimonio francés y es todo un viaje sin moverse de París. En sus salas iluminadas con luz natural se exhiben 350 moldes de yeso sacados de los mejores monumentos del país que comenzaron a realizarse tras la profanación de muchos edificios durante la Revolución Francesa. Algunos de los originales de los que se extrajeron moldes fueron posteriormente destruidos en diversas guerras y permiten conocer una Francia que ya no existe.
Pasear a través de una colección tan espléndida de pórticos de iglesias, gárgolas, santos y pecadores de toda Francia es una experiencia incomparable. En las plantas superiores se exhiben reproducciones de murales y vidrieras de algunos de los monumentos más importantes de Francia. Una de las más bonitas es la cúpula de la catedral de Saint-Étienne, en Toulouse.
2. Museo Nacional de la Edad Media, el hogar de la dama del unicornio
El Museo Nacional de la Edad Media ha sido renovado recientemente y contiene verdaderos tesoros medievales, desde estatuas, vidrieras y objetos artísticos hasta la célebre serie de tapices de La dama del unicornio (1500). Dos de sus joyas son una mansión del siglo XV, llamada Hôtel de Cluny, y el frigidarium (sala fría) de unas enormes termas romanas. Diseñado por el arquitecto Bernard Desmoulin, la remodelación le ha aportado una distribución moderna, con paneles de explicaciones mejorados y exposiciones interactivas, y ha recuperado el acceso al primer piso del Hôtel de Cluny con su capilla tardogótica, la Chapelle de l’Hôtel de Cluny. Y, por si fuera poco, en el exterior conserva unos preciosos jardines medievales.
3. La Pinacothèque, descubrir artistas inexplorados
En la plaza de la Madeleine se encuentra el principal museo privado de París, abierto hace menos de veinte años por iniciativa del historiador del arte Marc Restellini. La Pinacothèque se ha ganado fama por las extraordinarias exposiciones temporales que organiza tres o cuatro veces al año especializadas en periodos o artistas poco explorados y en obras no expuestas, pasando de la arqueología al arte contemporáneo, y desde las máscaras mayas hasta retrospectivas de artistas como Edvard Munch. No hay que perderse tampoco su colección permanente expuesta de forma temática.
4. Museo Marmottan Monet, el mundo mágico de un artista
Instalado en el antiguo pabellón de caza del duque de Valmy (en realidad, una mansión parisina al oeste del Sena), este íntimo museo reúne la mayor colección del mundo de pinturas y bocetos de Claude Monet. Recorrer el Museo Marmottan Monetda una muestra de su obra, empezando por cuadros como Impresión, sol naciente (1873), Paseo cerca de Argenteuil (1875) y numerosos estudios de nenúfares, antes de pasar al resto de la colección, bastante más abstracta, de comienzos de la década de 1900. Entre las obras maestras de su colección destacan La corbeta (1887), La catedral de Rouen (1892), Londres, el Parlamento (1901) y las diversas Ninfeas, muchas de ellas estudios a menor escala de las obras hoy expuestas en el Musée de l’Orangerie. Y todo eso completado con algunos cuadros de Renoir, Pissarro, Gauguin y Morisot.
5. L’Orangerie y el Jeu de Paume, el Jardín des Tulleríes y sus museos
El Jardín de las Tullerías, un parque típicamente parisino lleno de fuentes, esculturas clásicas y vistas magníficas en cada recodo, fue diseñado en 1664 por André Le Nôtre, que también creó los jardines de Vaux-le-Vicomte y Versalles. El extremo oeste del parque lo ocupó el palacio de las Tullerías (hogar de Napoleón, entre otros), desde siglo XVI hasta 1871, cuando fue destruido durante la revuelta de la Comuna de París. Lo que hoy se ve es la antigua Orangerie y Jeu de Paume. El conjunto forma parte de la zona de las orillas del Sena declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1991.
Situado en un invernadero de naranjos del siglo XIX, el Musée de l’Orangerie es una maravilla. La estrella son las dos salas ovales de la planta superior, donde se exponen ocho enormes y etéreos Nenúfares de Monet, bañados por la luz natural. Abajo se halla la colección privada del marchante de arte Paul Guillaume (1891-1934), con obras de los grandes nombres del arte moderno temprano: Cézanne, Matisse, Picasso, Renoir, Modigliani, Soutine y Utrillo. Conviene llegar pronto porque, aunque sea menos conocido que el Musée D’Orsday (la entrada es conjunta), siempre hay cola. El otro museo de las Tullerías es el fantástico Jeu de Paume, situado en la antigua pista de tenis real del palacio, que acoge innovadoras exposiciones fotográficas.
6. Museo de la vida romántica, un viaje con Chopin y George Sand
Entrar en esta mansión con postigos verdes puede ser un viaje a otra época, al París romántico, cuando George Sand (Amantine Lucile Aurore Dupin), Chopin (amante de Sand), Delacroix y demás intelectuales frecuentaban los salones del hoy Musée de la Vie Romantique. En esta casa, en un patio adoquinado al final de un callejón sombreado por árboles, vivió el pintor holandés Ary Scheffer. Los objetos que se exponen crean una atmósfera completamente de época y hay exposiciones temporales interesantes. Se puede acabar la visita disfrutando de un té y pasteles en el precioso jardín de verano. Y si se visita entre noviembre y junio, puede que se coincida con algún concierto de música clásica.
7. El Petit Palais y el Museo de Bellas Artes, el eco de la Exposición Universal
Le Petit Palais es una maravilla arquitectónica que se construyó para la Exposición Universal de 1900 y es la sede del Musée des Beaux-Arts de la Ville de Paris. Está especializado en objetos artísticos medievales y renacentistas, además de pintura y escultura francesas del siglo XIX. También reúne cuadros de artistas como Rembrandt, Colbert, Cézanne, Monet, Gauguin y Delacroix.
8. Museo de Arte Moderno de la Villa de París, un viaje a la vanguardia
La colección permanente del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris (MAM) exhibe obras representativas de casi todos los grandes movimientos artísticos de los siglos XX y XXI, con obras de Modigliani, Matisse, Braque y Soutine. La auténtica joya es la sala donde cuelgan lienzos de Raoul Dufy y Pierre Bonnard. Se aconseja visitar sus vanguardistas exposiciones temporales y descargar la aplicación multilingüe para hacer la visita guíada.
9. Museo Yves Saint Laurent, un salón de alta costura
El estudio del legendario diseñador Yves Saint Laurent (1936-2008) es ahora un museo que ofrece retrospectivas de los diseños vanguardistas de YSL, desde los primeros bocetos hasta las piezas acabadas. Las exposiciones temporales dan a conocer el proceso creativo por el que se diseña una colección de alta costura y la historia de la moda en el siglo XX. A través de la atmósfera original de una casa de alta costura se intenta recrear un mundo, el de esos salones de moda, que prácticamente ya no existe. En el edificio solo cabe un número reducido de visitantes así que conviene reservar online.
10. Museo Édith Piaf, dos habitaciones llenas de recuerdos
Son solo dos habitaciones, pero los admiradores de la cantante francesa más emblemática peregrinan para ver su casa museo. Está en Ménilmontant, a poco menos de dos kilómetros del lugar de nacimiento de Édith Piaf y más cerca de donde está enterrada, Père Lachaise. El Edith Piaf Museum (un museo privado) repasa la vida y la trayectoria profesional de la cantante a través de recuerdos, grabaciones, objetos personales, cartas y otros documentos. Entre las reliquias están su vajilla y sus jarrones de porcelana, su nutrida colección de zapatos de la talla 34 y algunos de sus vestidos negros, tan sobrios, además de fotografías promocionales, cartas de sus admiradores y toda clase de objetos que reunió a lo largo de su vida. Y lo mejor: escuchar alguno de sus temas entre las cuatro paredes de esta humilde casa-museo.
11. Museo Nissim de Camondo, la mansión de una familia sefardí en el París del siglo XVIII
Otra de las mansiones de París que traslada al viajero al pasado, y al lujo aristocrático del siglo XVIII, es el museo Nissim de Comando, contruido entre 1911 y 1914. Se trata de la reconstrucción de una casa aristocrática particular que está inspirada en el Petit Trianon de Versalles. En su interior se reproduce todo como sería en la época, desde los salones hasta las cocinas. Hay mobiliario, artesonados, tapices, porcelana y objetos de arte coleccionados por el conde Moïse de Camondo, un banquero judío sefardí que se trasladó de Constantinopla a París a finales del siglo XIX. Es un lugar muy especial para viajar a un estilo de vida y conocer una historia familiar que murió con la Segunda Guerra Mundial.
12. Museo Cernuschi, arte oriental antiguo
Reabierto en marzo de 2020 tras nueve meses cerrado para su renovación, este el Museo Cernuschi cuenta con una colección única y excelente de arte antiguo chino (estatuas funerarias, bronces y cerámicas). Buena parte de la colección es anterior a la dinastía Tang (618-907) y hay varias piezas japonesas. El banquero y filántropo de Milán Henri Cernuschi (1821-1896), que se instaló en París antes de la unificación de Italia, reunió esta colección en un viaje alrededor del mundo de 1871 a 1873.
13. Museo Nacional Eugène Delacroix, el estudio de un artista
El Eugène Delacroix Museum, en un patio junto a una plaza sombreada por un bonito árbol, era el romántico hogar y estudio de Delacroix cuando murió el 13 de agosto de 1863. Contiene una colección de sus óleos, sus acuarelas y sus dibujos, entre ellas La educación de la Virgen (1842) y sus cuadros de Marruecos. En París, hay más obras de este artista en el Louvre (en sus paredes cuelga el famoso La Libertad guiando al pueblo), el Musée d’Orsay y también hay frescos en la Église Saint-Sulpice.
14. Dalí París, viaje al surrealismo daliniano
Este museo y galería de arte, en un sótano al oeste de Place du Tertre, exhibe más de 300 obras de Salvador Dalí (1904-1989). La colección privada Dalí Paris incluye algunas extrañas esculturas (la mayoría reproducciones), litografías, muchas de sus ilustraciones y muebles, como el famoso sofá con forma de labios de Mae West.
15. Museo Fundación Dapper, África y el Caribe en el corazón de la capital frances
La colección de arte africano y caribeño más grande del mundo está instalada en un entorno mágico. La Fondation Dapper es un museo pequeño, pero cuando se sale es como si uno volviera de un viaje increíble. Las exposiciones van rotando a lo largo del año, pero hay también una gran colección permanente de máscaras y trajes rituales y festivos. Su activo auditorio patrocina eventos culturales todo el año, desde conciertos hasta narraciones y películas.
16. Museo del Perfume, descubrir con el olfato
Este museo temático instalado en una bonita mansión puede ser una curiosa elección para descubrir otros mundos y otras artes. El Museo del Perfume Fragonard propone un original viaje olfativo en pleno París, muy cerca de la Ópera Garnier, a través de una colección de tanques de destilación de cobre y frascos antiguos y pone a prueba el olfato con varias esencias básicas. De forma didáctica va mostrando todas las etapas que dan vida a este mítico artículo de lujo. La segunda parte del museo repasa la historia del perfume, del antiguo Egipto al siglo XX. Está gestionado por la perfumería Fragonard, fundada en 1926 en Grasse, una de las casas más icónicas de la fabricación de esencias en Francia.
17. Museo Maillol – Fundación Dina Vierny, una colección privada
Este es un pequeño y espléndido museo centrado en la obra del escultor Aristide Maillol (1861-1944), aunque también incluye obras de Matisse, Gauguin, Kandinsky, Cézanne y Picasso. Todas proceden de la colección privada de Dina Vierny (1915-2009), nacida en Odessa y modelo de Maillol durante 10 años, desde que tenía 15. El museo está en el sensacional Hôtel Bouchardon, un edificio del siglo XVIII.
18. Museo Carnavalet, toda la historia de París
Este museo es una de las mejores sorpresas de la ciudad. Está casi oculto en dos importantes mansiones: el Hôtel Carnavalet, de 1560, y el Hôtel Le Peletier de St-Fargeau, de 1688, que albergan el museo de historia de París, todo expuesto en un verdadero laberinto de salas de época en las que hay más de 600.000 piezas de arte, artefactos y objetos históricos. Se puede pasar fácilmente medio día disfrutando de su colección permanente (gratis) y sus exposiciones temporales (de pago). El Hôtel Carnavalet es una mansión de estilo renacentista en la que residió Madame de Sevigné en el siglo XVII y se conservan algunas de sus pertenencias, además de muchas piezas de arte y objetos que evocan el París de los siglos XVII y XVIII. También exhibe documentos, cuadros y objetos de la Revolución Francesa, y cosas tan curiosas como el dormitorio revestido de corcho de Marcel Proust, donde escribió En busca del tiempo perdido.
19. Instituto Giacometti, un artista en su taller
Inaugurado en el 2018, este museoocupa el antiguo taller del artista Paul Follot, en el interior de una mansión art déco con azulejos dorados (catalogada como patrimonio histórico), y está dedicado al artista suizo Alberto Giacometti (1901-1966), que vivió y trabajó en el barrio. El espacio, de 350 metros cuadrados, muestra una reconstrucción del taller de Giacometti y 350 esculturas, 90 pinturas y más de 2.000 dibujos. Hay que reservar online con antelación para poder visitarlo. Cada año se organizan tres o cuatro exposiciones temporales que son una excelente ocasión para visitar un museo fuera del circuito de las grandes pinacotecas.
20. Fundación Henri Cartier-Bresson, inmersión en la gran fotografía
Fundada por la pareja formada por el famoso fotógrafo humanista francés Henri Cartier-Bresson (1908-2004) y la fotógrafa de retratos Martine Franck (1938-2012), la Fundación Henri Cartier-Bresson expone sus obras y organiza exposiciones de fotógrafos franceses e internacionales. Cartier-Bresson fue pionero del fotoperiodismo artístico, creó un departamento de fotografía para la resistencia y cofundó la agencia colectiva Magnum.
21. Museo Cognacq-Jay, la vida en tiempos de la Ilustración
Dentro del Hôtel de Donon, el Musée Cognacq-Jay exhibe pinturas al óleo y al pastel, esculturas, objets d’art, joyas, porcelanas y muebles del siglo XVIII reunidos por Ernest Cognacq (1839-1928), fundador de los grandes almacenes Musée Cognacq-Jay, y su esposa Marie-Louise Jay. Aunque Cognacq comprendía poco de su colección e incluso presumía de no haber visitado nunca el Louvre y de practicar el coleccionismo solo por el estatus social, las piezas expuestas dan una buena idea de los gustos de la clase alta durante la Ilustración.
22. Atelier des Lumières, el museo del arte digital
Una antigua fundición de 1835, que se encargaba de suministrar hierro a los ferrocarriles y a la Armada de Francia, alberga el primer museo de arte digital de París. Ubicado en La Halle, y con un espacio de 1.500 metros cuadrados, deslumbrantes proyecciones luminosas inundan las paredes desnudas de Atelier des Lumières. Los programas largos (aproximadamente de 30 minutos) se basan en obras de artistas históricos; pero también hay un programa contemporáneo más corto. Las proyecciones son continuas. En el espacio Le Studio, pueden descubrirse artistas digitales emergentes y consolidados.
23. Galerie Itinerrance, grafitis y arte callejero
La Galerie Itinerrance es otra visita para los amantes de la vanguardia. Esta genial galería, testimonio del actual renacimiento creativo del 13e, exhibe grafitis y arte callejero. Aconseja sobre circuitos autoguiados y guiados por el arte callejero del barrio parisino. Las exposiciones y eventos van cambiando, así que la visita siempre sabe a algo nuevo.
24. Museo Jacquemart-André, alternando con la alta sociedad parisina del XIX
Es el segundo museo privado más importante de París junto con La Pinacothèque. A finales del siglo XIX, la alta sociedad parisina se reunía en fastuosas veladas en esta mansión de los coleccionistas de arte Nélie Jacquemart y Edouard André, diseñada en el estilo ecléctico de moda, combinando elementos de distintas épocas: antigüedades romanas y griegas, objetos egipcios, muebles de época y retratos de maestros holandeses. Actualmente cerrado por renovación, cuando el Museo Jacquemart-André abra de nuevo sus puertas —algo previsto para septiembre de 2024— permitirá revivir el estilo de vida y gustos de las clases altas de la ciudad, desde la biblioteca con cuadros de Rembrandt hasta el maravilloso Jardin d’Hiver, un invernadero acristalado con una magnífica escalera doble como telón de fondo.
Suscríbete aquí a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiración para tus próximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, X e Instagram.
Fuente: El País