El público tendrá otra oportunidad para entrar en contacto con su teatro emocional y caracterizado por personajes entrañables.
Tras una temporada exitosa que desarrolló en Mar del Plata y en varias localidades de la costa atlántica, el actor Mauricio Dayub volverá a apostar por esta ciudad.
El fin de semana “extra largo” que sucederá en Semana Santa, el destacado intérprete regresará a proponer sus éxitos: “El amateur” y “El equilibrista“.
Ambas obras podrán verse en el Teatro Neptuno: el sábado 30 será el turno de “El amateur” y el domingo 31 llegará con “El equilibrista”.
“El amateur, segunda vuelta” es la obra emblemática de Mauricio Dayub. Dirigida por Luis “Indio” Romero y protagonizada junto a Gustavo Luppi, es la historia de El Pájaro y de Lopecito, dos personajes perdedores de la periferia de cualquier pueblo.
Ambos encuentran un objetivo común y arriesgan todo lo que tienen para lograrlo. Juntos producen un milagro: que el sueño de uno se transforme en el sueño del otro.
Es una obra de teatro que habla del valor de la amistad, el rol de la pasión y la importancia de dar la vida sin esperar nada a cambio. Esa es la esencia de “El Amateur”.
Vale recordar que la obra fue un furor en Mar del Plata en la temporada de 1999, un año después de su estreno en Buenos Aires y una gira internacional.
Ahora, con la “segunda vuelta”, renovó aquel romance de público, con los sueños de Pájaro y Lopecito.
Por su parte, en “El equilibrista”, Dayub despliega una galería de personajes vinculados a su propia familia.
La obra se convirtió en un clásico y cosechó premios y distinciones desde 2019. Narra una historia conmovedora que invita a la audiencia a explorar su propia vida a través de la ilusión y la euforia.
Inspirada en experiencias familiares, la trama revela conexiones profundas entre generaciones, destacando la importancia de perder el equilibrio para conquistar el mundo.
“Con el director (César Brie) buscamos una figura de la literatura que es la metonimia, que es mostrar una parte para que el otro comprenda el todo y nos salió bien. Tenía la sensación de que el teatro estaba siendo demasiado explícito, el espectador iba y lo que estaba arriba el escenario era lo que había y se iba con eso”, comentó el actor sobre “El equilibrista”.
“El teatro que más me gustaba era el que sugería, el que te dejaba como un eco que no te lo olvidabas el mismo día de la función, te quedaba una semana o dos semanas dando vueltas en la cabeza, era algo más que el entretenimiento del momento. (Un teatro) que te tocaba en algún lugar y te hacía pensar y, con suerte, te podía hacer tomar alguna decisión”, agregó.
Fuente: La Capital MDP