
Se estrena el sábado «Segunda vuelta», del autor italiano Marco Calvani, sobre situaciones que se repiten incansablemente. Hasta que se llega a la solución final imposible de revertir.
“Por Hécuba…decía Shakespeare. Eso alude a imaginar mundos y todo porque sí. Jugar a ponerse en los zapatos de otro. Eso es el teatro”, dice la actriz y autora Dana Basso, quien dirige “Segunda vuelta”, que tendrá en su estreno a su autor, el italiano Marco Calvani.
Se estrena el sábado en Nün Teatro Bar, con las actuaciones de Alexia Moyano y Bautista Duarte, y cuenta un encuentro entre dos personas que parecieran no conocerse. Aparentemente. Son un profesor de filosofía y su alumna favorita. Pero nada es nunca lo que parece y esta es también la historia de dos personas que no tienen nada que esconderse, hasta el momento en que ambos empiezan a desear una alternativa a la realidad. Conversamos con Dana Basso.
Periodista: ¿Qué te interesó de este autor para querer dirigir la obra? Neil Labute dirigió una versión, ¿pudiste verla?
Dana Basso: Este autor habla de una relación tóxica de la que no se puede salir. Cómo en un sinfín se repiten las mismas situaciones, los mismos textos, los mismos movimientos…y, cómo si no hubiera escapatoria se vuelve y se vuelve, hasta que se llega a la solución final imposible de revertir.
P.: ¿Qué temas toca la obra? El autor se refiere a deseo, de algo que ocurre y es como si no hubiera ocurrido, o acaso, esté destinado a repetirse.
D.B.: Jugamos en el espacio recortado de una casa que se está desarmando. Ya casi no queda nada. Sólo una silla, una pila de libros y una lámpara. La obra muestra una relación que sólo puede existir por el deseo de poseer al otro, de tener poder sobre ese otro, dónde se vuelve una y otra vez a las mismas escenas. Casi un cuadrilátero de pelea donde una suerte de danza se repite infinidad de veces.
P.: ¿Cómo es producir teatro independiente en este contexto?
D.B.: Nunca es fácil y menos en este contexto sociopolítico dónde se nos quita toda ayuda económica, dónde parecieran querer acabar con la cultura. Un equipo de gente muy valiosa se junta, dedica su tiempo, su alma, horas y horas sin recibir otra cosa que la satisfacción que da el hacer teatro.
P.: ¿Cómo adaptaste “Ni rotas ni descosidas”, de tu autoría?
D.B.: Quería contar la historia de tres mujeres de 60, quería ver mujeres de esa edad en escena. Tenían un grupo con el que cantaban boleros y se juntan, en una maratón de canto que se lleva a cabo en un teatro, después de muchos años para salvar la radio de su pequeño pueblo en la provincia de Buenos Aires. Cada una con su problemática, vuelven a reencontrarse en el camarín de un teatro. Han pasado 40 años desde que vivieron una situación similar y ha pasado mucha vida.
P.: ¿Qué temas orilla? ¿Le encontrás algún punto de contacto con “Segunda vuelta”?
D.B.: Puntos de contacto: *Somos lo que decidimos hacer con lo que tenemos* Philip y Sophia no pueden salir de esa relación enferma y destructiva. Mara, Ro y Dalila deciden qué harán con los años que vivirán de acá en más.
Fuente: Ámbito
