
TIENE CIENTOS DE MILES DE SEGUIDORES EN INSTAGRAM, LLENA ESTADIOS Y HASTA VENDE DISCOS. PODRÍAMOS ESTAR HABLANDO DE UNA ESTRELLA DE LA MÚSICA, PERO NO, HABLAMOS DE LA ESCRITORA Y FILÓLOGA ESPAÑOLA. CON TAN SÓLO 31 AÑOS, ESTA TROVADORA HA CONSEGUIDO NO SÓLO ACERCAR SUS VERSOS A LAS NUEVAS GENERACIONES, SINO COLMAR TEATROS SÓLO CON SUS VERSOS.
La universalidad de su obra radica en lo personal de sus versos. Con su talento y su pasión, Elvira Sastre supo conquistar al público y convertir el género de la poesía en un fenómeno cultural que desafía las fronteras. Con una sensibilidad exquisita, en cada gira Elvira nos invita a emprender un viaje introspectivo, a confrontarnos con nuestra esencia.
Junto a sus músicos, Manu Míguez y María Mur, ofrece un espectáculo difícil de definir. No es un recitado de poesía, ni tampoco un concierto de música: es una explosión de dos artes, sin límites, que confabulan a favor de un espectador que siempre sale modificado del show.
«Imposible – Tour», tendrá lugar el 10 de mayo en Buenos Aires en el Teatro Ópera y el 12 de mayo en Córdoba en el espacio Quality.
-¿Por qué decidiste llamar “Imposible” a este tour?
-Es un poco una manera de reivindicar lo que llevamos escuchando desde que empezamos casi, que es que la poesía no interesa, que no se pueden llenar teatros ni hacer giras, que no se puede mezclar la música y la poesía, un montón de cosas que presumiblemente no eran posibles y nosotras hemos decidido no creer en ello y llevarlo adelante. El nombre “Imposible” surge como una forma de resignificar esa palabra, de lo que esconde detrás cuando alguien la pronuncia y otra persona decide no escucharla.

¿Te has encontrado a lo largo de tu vida artística y profesional con muchas cosas que se te decían como imposibles?
-Sí, y me lo siguen diciendo a día de hoy, no como algo malo, pero si que siempre está la sorpresa de haber conseguido todo lo que conseguimos con la poesía. Yo creo que es difícil, que requiere mucho trabajo y tener muchísima fe en lo que hacemos, pero también creo que se necesitan apoyos desde afuera. Lo justo y lo bonito sería que todas las fuerzas se unieran para colaborar y que todos los poetas del mundo pudieran hacer estas cosas.
-¿Cuando decís apoyo, te referís al Estado, al Gobierno, a entidades privadas?
-A todo, te diría desde instituciones públicas y privadas hasta medios de comunicación,marcas y todo lo que ayude a difundir. Es verdad que si estás dentro de este mundo o si te gusta la poesía y eres un periodista, por ejemplo, hay un amor que te lleva a creer en eso y a defenderlo con muchísima emoción.
Pero yo pienso un poco más allá, en toda esa gente que no tiene esa pulsión por la poesía, que ojalá pudiéramos contar también con ellos, que esto no fuera sólo un reducto pequeño en la gestión cultural. Te hablo un poco de cómo se lleva la cosa aquí en España.
-¿Notás diferencias con respecto a la Argentina, por ejemplo?
-Yo noto que mi proyecto en América Latina va de otra manera, muchísimo más rápido,allí hay otra cultura, un interés mucho más fuerte. Lo que yo vivo cuando estoy en Argentina es increíble, el público argentino es de los mejores que hay, porque es muy culto, tiene mucho respeto por la poesía, apoya y va a los teatros. Desde el inicio, que mis libros no estaban, tenía lectores allí. La crítica es un poco más con lo que conozco que hay aquí en mi país, la falta de apoyo y de visibilización que tenemos muchas veces.
¿Sos como una especie de rockstar de la poesía llenando salas, este año venís con una música más, ¿qué otras cosas tiene este nuevo show diferente al anterior?
-Sustancialmente y en esencia es muy distinto,hay algunas cosas inéditas y luego otras cosas se parecen un poco. Por una parte, he respetado varios poemas, porque considero que, aunque algunos tengan ya muchos años, la gente los espera como si fueran los grandes hits, entonces no les quiero privar de eso.
En este tour hay un momento muy loco en el que hacemos tecno con un poema que tiene mucha carga social, a nivel de composición ha quedado muy bonito. Siempre animo a la gente que viene sola, a que se venga, que hay momentos que están dedicados a ellos, que yo también hago lo mismo aquí en Madrid. Va a ser un espacio seguro a nivel emocional, por eso les pido a esas personas que nos concedan este baile.
-Acabas de publicar tu última novela “Las vulnerabilidades”. Estamos acostumbrados a que la vulnerabilidad pareciera ser más una debilidad que una fortaleza, pero en el libro hay un ejercicio de reivindicarla, ¿qué significa para vos esa palabra?
-Es verdad que hay una intención de reivindicarla, porque creo que es justo lo que dices, estamos en una época en la que todas nuestras fragilidades se tapan. Somos poco honestos, primero con nosotras mismas y nosotros mismos y luego con los demás. Es lícito pensar que si le muestras a alguien tus partes más frágiles te puede hacer daño, lo que pasa también es que hay algo al enfrentarte con esas partes más oscuras que te hace tener más poder. Cuando le das a alguien tu escudo, también puede significar que estás abandonando la guerra, entonces ya no te pueden hacer daño. Este libro viene a reivindicar un poco eso, es un ejercicio muy honesto de reflejar esas partes sombrías y huir un poco de la perfección y de los altares morales que hemos construído.
-El germen del libro es un hecho real de un mensaje que te llega de una seguidora contándote que había sido víctima de un abuso, ¿crees que la ficción es una buena herramienta para hablar de la realidad, para hacer una denuncia social?
-La literatura es una herramienta maravillosa para muchísimas cosas. A mi, particularmente aquí, me ha servido para contar esta historia, para darle sentido a lo que había pasado, fue una búsqueda. Creo que con la ficción se pueden hacer grandes cosas, por ejemplo, esta novela habla de la violencia machista de género.

Tristemente, estamos anestesiados ante las noticias diarias de ese tema, llega un momento en que la cabeza se anestesia frente a eso para protegerse. No es lo mismo que te estén repitiendo todo el rato esas cifras, a que te cuenten una historia con la que tu consigas empatizar.
Al final, los libros lo que hacen es que vivamos experiencias como si las estuviéramos transitando nosotros mismos. Creo que es una novela que en ese sentido ejerce un poco de espejo y te pone delante de una realidad muy incómoda. Te hace cuestionarte tu propia moralidad, tus propios actos, incluso tus propios pensamientos o emocionalidad.
-En la novela escribís “La vulnerabilidad es la luz que ilumina la grieta”, ¿en qué momento de tu vida sentiste la necesidad de explorar las heridas a través de la escritura?
-Desde los primeros poemas que escribí por un amor platónico imposible. Siempre sentí que la escritura era el lugar donde podía decir las cosas que quería que pasaran y que era consciente de que en la realidad no podían pasar. Pero no lo digo como una forma onírica o fantasiosa, sino como una manera de validar la tristeza, eso hace que una pueda vivir más consciente de una misma.
Fuente: Planeta Urbano