Refaccionarán el edificio histórico de calle Chile 832 para llevar allí programación teatral independiente. Esas obras buscan atraer una audiencia más popular, en un año de elecciones medio término.»Eramos el sexto museo más visitado de los que tiene el Estado nacional», asegura el personal del museo.
Los 20 empleados del Museo Nacional de la Historia del Traje(Museo del Traje, en su denominación breve) esperan con temor y preocupación su nuevo destino. Tras la publicación del decreto 862/2024 que reorganiza las competencias del mega ministerio de Capital Humano y refuncionaliza la Secretaría de Cultura que ya pasó a manos de la secretaría general de la Presidencia, a cargo de Karina Milei, el área que conduce Leonardo Cifelli puso manos a la obra para terminar cuanto antes las refacciones del edificio histórico (es del siglo XIX) de calle Chile 832 para llevar allí toda la programación teatral independiente que no forme la programación del Teatro Nacional Cervantes, también a cargo de su área.
Vista del exterior del Museo de la la Historia del Traje el lunes 23 de abril de 2018, en Buenos Aires (Argentina). EFE/David Fernández
A partir de esta nueva etapa en Cultura, Cifelli ha encontrado el par de zapatos que le cuadra perfecto con el traje. Su metier ha sido y es el teatro –musical sobre todo– y acredita muchos éxitos en taquilla.
Con Gonzalo de María, a cargo del Cervantes, y un nuevo espacio cultural para obras teatrales independientes, Cifelli pergeña articular una programación en dos partes. En el Cervantes, un edificio histórico del siglo XX que cristalizó el sueño de la actriz española María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza que puso energía y fortuna personal para construir el hermosísimo coliseo, obras de gran envergadura a las que Karina Milei seguramente asistirá.
Es sabido que el teatro y la música constituyen las elecciones culturales más apreciadas para una de las damas fuertes del poder en la Argentina (la otra es Sandra Pettovello).
En el segundo, obras independientes (también musicales) que atraigan a una audiencia más popular que, en un año de elecciones medio término, no es poco.
Licitaciones y obras
Fuentes inobjetables consultadas por Clarín Cultura señalaron que “la expectativa es que en el primer semestre de 2025 haya un nuevo Centro Cultural de la Nación en la zona sur de la Ciudad. Pero primero hay que llamar a licitación para mejorar la infraestructura y la accesibilidad en lo que se pueda. Hoy se accede solo por escalera. No se demorará, pero hay que llevar adelante un proceso administrativo”.
Repomoda con Jorge Moragues, director del Museo Nacional de la Historia del Traje (2016). Foto: Fernando de la Orden
Un dato no menor es que, teniendo en cuenta que el presidente Javier Milei sigue diciendo que “no hay plata” y que “la cultura la pague la gente (se lo dijo en entrevista a Susana Giménez este domingo) mientras haya un niño con hambre en la Argentina” (la pobreza creció al 52,9%), el teatro independiente tendrá un costo.
Por el momento las fuentes aseguran que “se procurará incorporar el nuevo teatro al circuito turístico tanto a nivel nacional como de la Ciudad de Buenos Aires, y que los turistas paguen por ticketera”.
Según pudimos recoger, siempre off the record, es que las producciones teatrales serán “no convencionales y habrá teatro y música”.
El dato nuevo, que ayer no se informó al conocerse el decreto, cuando off the record se afirmó que tanto los talleres como el rico acervo del Museo del Traje permanecerá en el edificio, es que cuando comience la refacción se decidirá adonde se mudarán el patrimonio y los talleres que por ahora seguirán en la casona de calle Chile.
Ello equivale a decir que cuando se convierta en centro teatral los trajes, objetos y documentación inventariada en el acervo del Museo tendría otro destino. Desde la Secretaría de Cultura dicen que es para proteger el acervo. “Como se hizo con el Palacio de las Artes (Palais de Glace)”, cuya obra de refacción sigue durmiendo el sueño de los justos y cuyo patrimonio está repartido en la Manzana de las Luces.
Dudas sobre los números
Hoy, Clarín Cultura pudo contactar con algunas fuentes del Museo del Traje que, por razones obvias, prefieren hablar off the record: “Los números de público que brinda la Secretaría están alejados de la realidad, porque no se cuentan ni los alumnos de escuelas ni los centros de jubilados. Eramos el sexto museo más visitado de los que tiene el Estado nacional. Y eso que hoy el Museo no tiene gas ni aire acondicionado. No se entiende por qué no se mejora, en lugar de pagar fletes y seguros para trasladar vestuarios y objetos a otros centros culturales para montar exposiciones”.
Los 20 empleados se enteraron del cierre del Museo del Traje ayer por el Boletín Oficial. Al buscarse en la cuadrícula de museos y sus respectivos directores o coordinadores, advirtieron que no figuraban.
Un dato interesante lo aporta un director consultado hoy: “Salvo el Bellas Artes que tiene una ubicación independiente de la Dirección de Museos, los demás no tenemos estructura. Hay sí directores, pero de ahí para abajo no hay una jerarquización de la planta. Hay empleados administrativos de determinada categoría que asumen funciones como ‘responsables’, pero la toma de decisiones le corresponde al director, sea concursado o no”.
Mientras tanto, la Academia Nacional de Bellas Artes condenó el cierre del Museo del Traje en un comunicado en el que expresó que «no solo afecta de manera directa a una institución de gran valor, sino que también tiene un impacto negativo en la preservación y difusión de la cultura,patrimonio esencial de nuestra sociedad».
El texto, dirigido al secretario Cifelli, reclama a las autoridades competentes que reconsideren esta decisión porque «el Museo del Traje ha desempeñado un rol destacado en la conservación de un aspecto crucial de nuestra identidad cultural, (por lo que) su clausura o cambio de status supondría una gran pérdida para las generaciones futuras que verían mermado su acceso a este valioso legado cultural».
Con las firmas de Matilde Marín, titular de la Academia y de su vicepresidente, Juan Travnik, recuerdan que «los museos no solo son espacios de exhibición, sino también centros de aprendizajedonde convergen el conocimiento, la creatividad y la memoria colectiva».
El derroche kirchnerista de recursos públicos trajo un feroz ajuste en áreas “no esenciales” dicen algunos libertarios. Claro que, antes de cerrar una institución cultural, siempre es preferible mejorar una gestión.
Por Susana Reinoso
Fuente: Clarín