El artista tenía 86 años, y durante su trayectoria supo dejar su estampa en la mítica agrupación.
Ernesto Acher, una de las figuras más queridas del humor musical argentino, falleció a los 86 años este viernes en Buenos Aires. El músico, compositor, multiinstrumentista y humorista murió este sábado 12, dejando un profundo impacto en el mundo de la música y el entretenimiento en español. Las causas específicas de su fallecimiento no han sido detalladas públicamente.
Nacido el 9 de octubre de 1939 en Buenos Aires, Acher combinó desde joven dos grandes pasiones: la música y la creatividad. Aunque se graduó como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires en 1965 y ejerció como docente, pronto su verdadero camino lo llevó al mundo artístico, donde su versatilidad lo distinguiría por siempre.
Su nombre está estrechamente ligado a Les Luthiers, el conjunto humorístico-musical argentino con el que alcanzó fama internacional. Se incorporó al grupo en 1971 y permaneció hasta 1986, desempeñándose como compositor, arreglador, actor y ejecutante de más de veinte instrumentos, muchos de ellos propios o versiones humorísticas de instrumentos clásicos.
Durante esos quince años, Acher aportó obras que se volvieron parte esencial del repertorio del grupo, como la “Cantata de Don Rodrigo Díaz de Carreras” y “La gallina dijo Eureka”, además de encarnar personajes memorables en escena. Su trabajo no solo enriqueció el humor del grupo, sino que también fue clave en la profesionalización técnica de sus espectáculos, promoviendo el uso de amplificación y grabaciones.
Luego de su salida de Les Luthiers en 1986, Acher no se detuvo. En 1988 fundó La Banda Elástica, una formación que reunía a destacados músicos de jazz argentino y que exploró fusiones entre géneros como folclore, tango, rock y jazz, siempre con una visión creativa y lúdica. El grupo lanzó discos, realizó espectáculos y giras antes de disolverse en 1993.
Además de su labor con La Banda Elástica, Acher desarrolló una prolífica carrera en distintos ámbitos: se dedicó a la dirección orquestal, presentó ciclos musicales y humorísticos en vivo, condujo programas de radio como Los rincones de Acher y creó espectáculos propios como Veladas espeluznantes. Entre 2002 y parte de la década de 2010 vivió en Chile, donde también fue profesor universitario y participó de importantes proyectos culturales.
A su regreso definitivo a Argentina en 2016, Acher siguió activo en la escena artística, fundando la Offside Chamber Orchestra, una orquesta de cámara y continuando con su característico enfoque que mezclaba música seria con humor inteligente. Su legado trasciende generaciones: fue un pionero en unir calidad musical con comedia, y su influencia sigue presente tanto en quienes lo vieron en el escenario como en aquellos que siguen descubriendo su obra.
