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Buenos Aires: Se inauguró la Casa Alberto Heredia, la primera residencia para artistas de un museo público en la Argentina

A cargo de un equipo de lujo en decoración y arquitectura, los llevamos a recorrer la Casa Alberto Heredia, residencia para artistas del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

El escultor argentino Alberto Heredia (1924-2000) dejó una obra mayormente figurativa hecha, casi siempre, con materiales de descarte o de uso cotidiano. Pero hoy vamos a poner el foco en otro aspecto de su herencia: su vivienda-taller en un edificio de la avenida Caseros, que le legó al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

El departamento donado por el artista Alberto Heredia está ubicado en un edificio histórico sobre la Avenida Caseros. Guido Limardo

Tomó dos décadas que el Moderno pudiera concluir las gestiones para convertir ese departamento de 157m2 en la primera residencia para artistas dependiente de un museo público. Bautizada Casa Alberto Heredia, finalmente vio la luz hace pocos meses con su nueva función: convertirse en un espacio inspirador para la creación, investigación, promoción y difusión del arte argentino.

En abril se lanzará la convocatoria abierta a artistas y profesionales del arte de la Argentina para participar del programa de residencias Casa Alberto Heredia.

Detalles de la reforma

El departamento fue completamente restaurado gracias al trabajo de dos mecenas de la institución: la Fundación Azcuy, que llevó a cabo las reformas arquitectónicas, y el Estudio de Joanne Cattarossi, a cargo del interiorismo. El proyecto para recibir a dos artistas residentes en simultáneo incluyó el diseño de dos dormitorios con baño privado, una cocina-comedor, un taller para el trabajo compartido y un espacio social. ¿Sus premisas? Cumplir con las necesidades funcionales de una residencia de artistas e incorporar diseño argentino en el mobiliario.

En el rincón, sillón ‘Pipe’, de Cristián Mohaded para Interieur Forma. Lámpara de pie (Imdi). Mesas blancas (Cúmulo). Mesitas negras (GHC). Daniela Mac Adden

Asimismo, se buscó respetar la esencia de la casa, resignificando la función de la arquitectura original a través de un lenguaje contemporáneo: se conservaron las molduras de las paredes, las aberturas, los pisos, los azulejos, la pileta de la cocina, la pinotea y la herrería del pasillo. En contraste, el mobiliario moderno, cuidadosamente elegido por Cattarossi, buscó generar un diálogo entre el pasado y el presente; entre el espíritu de Heredia y los jóvenes artistas que desde ahora habitarán su casa.

Acompañan la mesa ‘Tulip’ (Interieur Forma) las premiadas sillas ‘Eutopia’ del diseñador industrial salteño Francisco Gómez Paz. Lámparas amuradas de Imdi (Boutique de Luz). Biblioteca llevada a cabo por El Camino Studio. Daniela Mac Adden

“Incorporamos diseño argentino para dar a conocer su creatividad, y pusimos afiches y libros editados por el Museo para darle presencia al Moderno en Casa Heredia”, explica Cattarossi

Diseños de Joanne Catttarosi son la lámpara ‘Tótem’ (en primer plano, a la derecha), el sofá (ejecutado por Impronta), la alfombra (en conjunto con Rugit) y la banqueta con tapizado estampado.Daniela Mac Adden

“Como no se podía colgar arte, generé un lenguaje de rayas que atraviesa el departamento (en paredes pintadas, alfombras o artefactos de iluminación) y funciona como hilo conductor”, explica la interiorista.

El arquitecto Gerardo Azcuy, al frente la Fundación Azcuy, que llevó a cabo la reforma; Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, y Joanne Cattarossi, a cargo del proyecto de interiorismo.Guido Limardo
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